Sobreviviendo a las polémicas, Khorkina siguió amasando
metales en los años siguientes. Triunfó en su propio país al sumar tres
medallas de oro (programa completo, asimétricas y suelo) y una de plata (por
equipos) en el europeo de San Petersburgo de 1998; y volvió a ser campeona del
mundo en asimétricas al año siguiente, en Tianjin, sumando también otra plata
por equipos en ese mundial, de nuevo superadas por Rumania. Una derrota en la
que, por desgracia, tuvo mucho que ver Khorkina, al caerse de la barra de equilibrio
en la última rotación. Este vídeo muestra su actuación y la decepción posterior
de la gimnasta, consolada por su entrenador Boris Pilkin.
Superado el disgusto y
con las olimpiadas como telón de fondo, Khorkina tuvo su actuación más
aplastante en el europeo de París del año 2000, cuando sumó cuatro oros,
incluyendo el del programa completo. Nadie dudaba que era una de las grandes
favoritas para Sydney, y su nombre no figuraba en las quinielas olímpicas solo
para las asimétricas.
Pero Sydney no acabó como Khorkina esperaba. Especialmente
dura y polémica fue la derrota sufrida en el programa completo, cuya actuación
podéis ver íntegra en el vídeo posterior. Tras un excelente ejercicio de suelo,
que le había llevado a la primera posición, Khorkina sufrió una aparatosa caída
en el salto, que le hizo perder todas las opciones al oro. En la siguiente
rotación se descubrió que el caballo de saltos no tenía la altura adecuada, lo
cual explicaba el por qué de tantas caídas en esa prueba, incluyendo la de
Svetlana. Aunque posteriormente a Khorkina se le ofreció la posibilidad de
repetir ejercicio, sus posibilidades eran nulas tras haberse caído también en
una suelta en las asimétricas, y declinó la opción. ¿Hubiera estado más
concentrada en su mejor aparato de saber que aún tenía opciones al oro? Nunca
lo sabremos, pero la realidad es que aquel error en la segunda rotación le
perjudicó sensiblemente.
A esta decepción, hay que sumar la del programa por equipos,
donde otra caída suya en asimétricas hizo perder a Rusia las opciones al oro,
una vez más ante Rumania. Al menos, pudo desquitarse en la final de asimétricas
al vencer por 25 milésimas a la china Ling Jie, y sumando su segundo oro
olímpico en la especialidad. Por desgracia, el premio gordo, el del concurso
completo, se le había escapado.
Con 21 años, y cerrado el ciclo olímpico, muchas gimnastas
hubieran pensado en la retirada. Como ejemplo hemos de recordar que una de sus
grandes rivales, la rumana Simona Amanar, con la misma edad que Khorkina, había
puesto fin a su carrera tras los juegos de Sydney, en los que había ganado tres
oros y un bronce. Pero Khorkina no se marchó. Se veía con fuerzas para seguir
más tiempo en la competición, desarrollando una carrera extraordinariamente
larga para los practicantes de este deporte, y retirándose a una edad (25 años)
muy poco habitual en la gimnasia. Como prueba, podemos señalar que la chica que
le privó del oro olímpico en 2004, Carly Patterson, era 9 años más joven que
ella.
Y además de no marcharse, Khorkina vivió tres años gloriosos,
en los que se convirtió en la gran dominadora de la competición. Un poco menos
atrevida, pero más segura de sí misma y con más experiencia, Khorkina había
aprendido de sus años anteriores a arriesgar algo menos, y asegurar los puntos
que le llevaran al oro. Esto se tradujo en tres primeros puestos en el programa
completo.
El primero de ellos en 2001 en la ciudad belga de Ghent, con
una puntuación de 37,617. Fue su mundial más exitoso puesto que, además de este
oro, logró también el primer puesto en asimétricas y en salto, la plata por
equipos y el bronce en suelo. Cinco medallas que tuvieron su continuidad al año
siguiente, en el europeo de Patras, donde logró otros tres oros (programa
completo, asimétricas y por equipos) y una plata (barra de equilibrio). Este
nuevo título en la máxima prueba individual le valió para igualar a la
legendaria Nadia Comaneci en el ranking de mujeres con más oros conseguidos en
el programa completo de unos europeos. Los siguientes vídeos son dos actuaciones en la barra de equilibrio, en la
final del programa completo de 2001, y en la final por aparatos de 2002
(narrado por la inconfundible voz de Paloma del Río).
Tras pasar totalmente desapercibida en los mundiales de
Debrecen 2002, Svetlana volvió a lo más alto del podio en el campeonato del
mundo de Anaheim (Estados Unidos) al año siguiente. Solo ganó una medalla, pero
era la más importante y la que le vale para figurar en la historia de la
gimnasia con mayúsculas: el oro logrado en el programa completo la convirtió en
la única gimnasta que ha ganado tres máximos metales en esta categoría en
mundiales.
Anaheim mostró a una Khorkina igual de encantadora que
siempre, pero también más conservadora. A sus 24 años, competir con chicas de
15 ó 16 se estaba poniendo complicado, y sus ejercicios no parecían tan
perfectos como en anteriores ocasiones. No consiguió entrar en las finales de
las pruebas por aparatos, y parte de la prensa atribuyó sus altas notas en el
programa completo a su reputado nombre, al encanto que transmitía ante los
jueces y al apoyo desmedido que el público presente le brindó. La hora final ya
estaba cerca, y Khorkina lo dejó bien claro el día que ganó aquella medalla de
oro: “Este campeonato era muy importante para mí porque es mi último mundial”.
La rusa ya había puesto fecha de caducidad a su carrera: sería tras las
olimpiadas de Atenas 2004.
Tras disputar el europeo de Amsterdam en abril (oro en
asimétricas y bronce en barra y por equipos), Khorkina se presentó en Atenas
dispuesta a luchar, entre otras cosas, por lo único que le faltaba: subir al
podio en el programa completo de una olimpiada. Y a ser posible, para recoger
la medalla de oro. El torneo no empezó mal para Svetlana: sumó una medalla de
bronce por equipos, se clasificó para la final de asimétricas y fue quinta en
la clasificación previa para el concurso completo, a poca distancia del primer
puesto.
Pero el día de la verdad, el 20 de agosto, la evidencia no
dejó mucho margen a las dudas. Khorkina lo hizo bien, consiguió buenas notas y
no cometió errores de bulto; pero la joven y dinámica Carly Patterson la superó
para robarle ese último oro con el que siempre soñó. Khorkina fue por delante
en las dos primeras rotaciones, pero la excepcional actuación de Patterson en
la barra de equilibrio (9,725) le valió para ocupar un primer puesto que ya no
abandonaría. Prensa y especialistas en general estuvieron de acuerdo en que su
triunfo era justo, y Khorkina tuvo que aceptar que sus declaraciones semanas
antes de los Juegos, cuando había dicho que su única rival era ella misma,
fueron un error.
A Svetlana aún le quedaba una bala en la recámara, una última
opción de retirarse a lo grande: la final olímpica de asimétricas. Había ganado
el oro en las dos ediciones anteriores y, en el que iba a ser su último evento
como profesional, quería (y seguramente merecía) volver a subir a lo más alto.
El llamado “último vuelo de Khorkina” se convirtió en uno de los momentos más
esperados de aquella olimpiada.
Pero el que pudo ser su último día de gloria se convirtió en
un triste fin del camino: tras un buen comienzo, Khorkina falló en un
movimiento que en principio no era complicado, y acabó cayéndose, lo que le
costó terminar la final en última posición con una nota de 8,925. Ante un
público entregado y con un lógico gesto de decepción, se retiraba una de las
gimnastas más populares de la historia.
Su retirada, sin embargo, no significó su desaparición de la
vida pública. Especialmente destacada y famosa fue su elección como miembro del
parlamento ruso, del cual formó parte entre 2007 y 2011, avalada por el
mismísimo Vladimir Putin. También ha sido comentarista de televisión en los
Juegos Olímpicos de Pekín, ha escrito su autobiografía y ha sido vicepresidenta
de la Federación Rusa de Gimnasia Artística. Además, ha sido embajadora de los
Juegos Olímpicos de invierno que se van a celebrar en 2014 en la localidad rusa
de Sochi. Está claro que desde su retirada no se ha dedicado precisamente a
perder el tiempo.
Pero no nos engañemos, esta intensa actividad no es algo que debiera sorprendernos demasiado. Al fin y al cabo a
Khorkina, además de la gimnasia, siempre le encantaron las cámaras. Y eso es
algo de lo que no tenía porque jubilarse si se le daba la opción. La “diva de
la gimnasia” ha dejado de ser la reina de las asimétricas, pero sigue y
seguramente seguirá siendo la protagonista cuando la situación lo permita…
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