sábado, 14 de junio de 2014

HISTORIA DE LOS MUNDIALES: 14-VI-1970, CUANDO LA RFA SE VENGÓ DE INGLATERRA

Cómo ya sabéis (es imposible no saberlo con lo pesados que son al respecto los medios de comunicación), el pasado 12 de junio empezó la vigésima edición de la Copa del Mundo de fútbol, celebrada en esta ocasión en tierras brasileñas. Durante las próximas semanas miles de millones de aficionados al deporte rey podrán disfrutar del juego de casi todos sus ídolos, aunque sólo una afición tendrá la satisfacción de ver a los suyos levantar con euforia el título de campeones.

 Llevaba algún tiempo pensando en hacer algo especial en relación a la historia de los mundiales, y al final me he decidido por hacer un ciclo de un mes con entradas diarias (algo más breves de lo habitual, de lo contrario sería imposible), destacando los principales acontecimientos que ocurrieron en cada día. Lo empezaré hoy (¡sólo dos días de retraso!), y lo extenderé hasta el 16 de julio. Confio en ser capaz de cumplir el reto que me he marcado de hacer las entradas en cada jornada, y que esta iniciativa os sirva para tener presentes los principales momentos del segundo acontecimiento deportivo que mas atención despierta en el mundo, sólo superado por los Juegos Olímpicos.

Para mi primera entrada de este ciclo, me he decantado por el extraordinario partido que enfrentó a Inglaterra y Alemania Federal en los cuartos de final del mundial de México 70. Un partido repleto de emoción, calidad, entrega y que además se convirtió en la gran venganza del conjunto teutón, que desde hacía cuatro años tenían una cuenta pendiente con Inglaterra. 

Ingleses y alemanes saltando al campo: al frente, el gran Bobby Moore

Y es que en el campeonato celebrado cuatro años antes en suelo inglés, los británicos se habían impuesto los alemanes por 4-2 en la gran final, en un encuentro que ha pasado a la historia por el gol fantasma conseguido por Hurst en el primer tiempo de la prórroga, y que daba ventaja a los ingleses. Las fotografías y los vídeos del partido demostraron que el fortísimo chut del delantero inglés botó justo sobre la línea tras golpear en el larguero, y por lo tanto no debió haber subido al marcador. Los alemanes no tuvieron más remedio que aceptar la derrota, pero no habían olvidado. En fútbol, Alemania nunca olvida...

 Final del mundial 66: el chut de Hurst bota claramente en la línea, pero el árbitro concedió el gol. El mayor robo de la historia de los mundiales

En México 70, la base del equipo de Inglaterra seguía siendo la misma. El portero titular era el extraordinario Gordon Banks, seguramente el mejor del mundo en aquel momento; en defensa mandaba Bobby Moore, el líder del West Ham United; la estrella aún era el ya veterano Bobby Charlton, en el cual recaía la mayor parte del peso en la elaboración del juego; y en ataque buena parte del peligro seguía dependiendo de Peters y Hurst, la peor pesadilla de los germanos. Del once tipo, sin embargo, se había caído el agresivo Nobby Stiles, un centrocampista defensivo experto en marcajes "cariñosos" y que vio todo el torneo desde el banquillo o la grada.

Alemania Federal, en cambio, si que había profundizado algo más en la renovación de sus seleccionados, y ahora combinaba nuevos y extraordinarios valores (Gerd Müller, Sepp Maier, Overath o Berti Vogts) con veteranos ilustres a los que aún les quedaba cuerda como Schenellinger o el gran Uwe Seeler, que a sus 33 años disputaba su cuarto mundial con la ilusión de un chaval. No obstante, por encima de todos ellos, veterano pese a su juventud y líder indiscutible del equipo se situaba el que probablemente ha sido el mejor defensa de la historia del fútbol (con permiso de Paolo Maldini): el gran Beckenbauer, el "kaiser".  Franz había estado sobre el césped de Wembley cuatro años antes, cuando una decisión arbitral errónea alejó a su selección del triunfo, y no estaba dispuesto a volver a pasar por lo mismo ante el mismo rival.

Beckenbauer en acción frente a los ingleses. El "kaiser" realizó un magnífico mundial

En la primera fase, ambos equipos habían mostrado un buen nivel: Alemania había sido líder de su grupo, ganando todos sus partidos frente a Marruecos, Perú y Bulgaria, anotando la friolera de 10 goles, 7 de los cuales fueron de un Gerd Müller en estado de gracia. Inglaterra se había tenido que conformar con el segundo puesto por delante de Checoslovaquia y Rumanía, al ser derrotada en un gran partido por la excelente selección brasileña que comandaban monstruos como Pelé, Tostao o Rivelino (a la postre campeones). Por tanto, el duelo se antojaba igualado, aunque el triunfo cuatro años antes de los ingleses parecía darles una ligerísima ventaja.

O al menos, así era hasta que una noticia sorprendente saltó a los medios de comunicación horas antes del partido: el gran Gordon Banks, el excepcional portero, el hombre que días antes había hecho paradas extraordinarias ante Brasil, se perdía el partido frente a los germanos por una intoxicación alimentaria. Su puesto fue ocupado por Bonetti, y siempre se ha comentado que este cambio de última hora en la portería fue la clave del resultado. Seguramente es cierto que Banks habría dado mejor rendimiento bajo los palos, pero limitar a ese único factor el resultado parece algo excesivo.

Gordon Banks: su baja fue muy lamentada por los ingleses

El partido se disputó en el estadio Guanajuato de León, bajo un calor asfixiante (muchos partidos se jugaban en horarios muy tempranos para facilitar su seguimiento por televisión en Europa) que al final pudo ser decisivo, viendo el progresivo declive físico al que se vio sometido el combinado inglés. Y es que los "pross" fueron de más a menos: comenzaron dominando, se pusieron con dos goles de ventaja, vieron como la mayor potencia germana conseguía la remontada y acabaron cediendo en la prórroga.

El primer tanto del partido lo consiguió el centrocampista Mullery, con un disparo raso tras una buena asistencia de Newton desde la banda derecha. Con este marcador se llegó al descanso de un partido que Inglaterra tenía bastante controlado, sobresaliendo la creatividad de Charlton en el centro del campo. De Müller, de momento, pocas noticias: Moore y Labone lo tenían bien controlado.

Al poco de empezar el segundo tiempo, una nueva colada por la banda derecha del lateral Newton acabó con un pase raso al segundo palo, donde apareció Peters (la otra gran estrella del West Ham junto a Moore) para rematar al primer toque ante la impotencia de Maier. Era el segundo tanto y parecía que los pronósticos se iban a cumplir, que Inglaterra estaría en semifinales, y que Alemania estaba acabada. Pero en fútbol, Alemania nunca está acabada...

Dos acciones casi consecutivas hicieron cambiar el signo del partido: primero fue la entrada al campo  en el minuto 56 de Grabowsi, el rápido y hábil mediapunta del Eintracht Frankfurt; con él Alemania ganó en profundidad y velocidad frente a un rival al que se le iban fundiendo los plomos. En segundo lugar, el gol conseguido por Beckenbauer en el 58, con el que los germanos se metían de lleno en el partido de nuevo. El "kaiser" consiguió este tanto tras una acción individual con un disparo raso y centrado desde fuera del área, ante el cual Bonetti respondió tirándose tarde. ¿Lo habría detenido Gordon Banks? El 99% de los aficionados ingleses sigue pensando que sí.

Jurgen Grabowski: el atacante del Eintracht fue una de las claves de la remontada 

Ante la reacción de Alemania la respuesta de Alf Ramsey, seleccionador inglés, fue quitar a su agotada estrella: Bobby Charlton, al que estaba pasando factura el calor, dejó su puesto a Colin Bell, que se convirtió en el jugador más decidido de los británicos en el aspecto ofensivo. No obstante, estaba claro que las prioridades de Inglaterra ya eran otras: seguían ganando 2-1, y las semifinales se iban acercando. Sólo había que aguantar un poco más y Alemania se rendiría. Pero en fútbol, Alemania nunca se rinde...

Movidos por las prisas, el equipo germano empezó a aumentar el número de balones que colgaba en el área, intentando aprovechar su enorme potencial en el juego aéreo, ese juego aéreo que tantas veces a lo largo de la historia les ha salvado y que en este encuentro les salvó una vez más: en el minuto 83, y tras recoger un balón rechazado, Schnellinger puso una pelota en el área que Uwe Seeler remató con la testa de una forma inverosímil, de espaldas a la portería y haciendo una vaselina. El sorprendente remate cogió adelantado a Bonetti, que sólo pudo ver como la pelota se alojaba en la portería. Era el empate, para desesperación inglesa que ahora debía afrontar una prórroga ante una Alemania más entera en lo físico y lanzada en lo psicológico.

Uwe Seeler en el momento de empatar el partido

Esa superioridad física y aérea volvió a quedar de manifiesto en la jugada del tercer gol, conseguido en el minuto 108 de la prórroga: Grabowski hizo gala una vez más de su potencia y velocidad al desbordar a su marcador y puso un medido centro al segundo palo; allí, Lohr la bajó de cabeza para cedérsela al cazagoles Müller; el delantero del Bayern, que había estado muy vigilado todo el partido, supo que era su momento y no falló, empalmando un buen remate desde la frontal del área pequeña ante un Bonetti al que está vez sus defensas habían dejado bastante vendido. 

Una imagen que se repitió hasta 10 veces en México 70: Gerd Müller machacando la portería rival

Los últimos minutos fueron un quiero y no puedo de Inglaterra, que a la desesperada trató de igualar el partido. Tuvo algunas ocasiones que desbarató Maier, y el árbitro le privó de un más que posible penalti sobre Colin Bell cuando se disponía a rematar. Todo fue en balde: los alemanes tuvieron el oficio y la entereza necesarios para aguantar el resultado y se llevaron el partido y la clasificación para semifinales. Allí, sus aspiraciones serían frenadas en seco por Italia en otro grandioso partido que ha pasado a la historia de los mundiales. Pero en cualquier caso, la venganza estaba consumada: la RFA había apartado a los ingleses del sueño de ganar su segunda copa del mundo, algo que 44 años más tarde sigue sin conseguir. Aunque, quien sabe si el mes que viene...

FICHA TÉCNICA DEL PARTIDO

INGLATERRA: Bonetti; Newton, Cooper, Labone, Moore; Mullery, Lee, Ball; Charlton (Bell 68'), Hurst, Peters (Hunter 80').
ALEMANIA: Maier; Vogts, Fitchel, Schnellinger, Hottges (Schulz 45'); Beckenbauer, Overath, Libuda (Grabowski 56'); Seeler, Gerd Müller, Lohr.

GOLES: 1-0 Mullery (30'); 2-0 Peters (50'); 2-1 Beckenbauer (58'); 2-2 Seeler (83'); 2-3 Gerd Müller (108').

ÁRBITRO: Ángel Coerezza (Argentina).

ESTADIO: Guanajuato (León, México).

TAMBIÉN PASÓ UN CATORCE DE JUNIO

ARGENTINA 1978: la selección holandesa de Rep, Rensenbrik, Neeskens, Krol y compañía derrotaba con contundencia a Austria por 5-1, confirmando su candidatura al título de aquella edición. El extremo Rob Rensenbrik anotó tres goles, uno de ellos el número mil en la historia de los mundiales.


ALEMANIA 2006: España realizaba su mejor estreno en un mundial de la historia, al vencer por 4-0 a Ucrania. Villa en dos ocasiones, Xabi Alonso y Fernando Torres fueron los autores de los tantos.


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